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Historia del PLP: El antirracismo en el corazón de la lucha del movimiento comunista

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20 Septiembre 2025 201 visitas

Para conmemorar el 60.º aniversario de la fundación del Partido Laboral Progresista, DESAFÍO publica una serie de artículos sobre la historia de nuestro partido, desde sus orígenes como Movimiento Laboral Progresista (PLM) hasta su presencia actual en más de dos docenas de países. Esta es la segunda parte de un artículo sobre la histórica lucha del PLP contra el racismo. La parte anterior abordó la Rebelión de Harlem y el liderazgo del PLP en su fomento.

La Rebelión de Harlem de 1964 elevó la lucha contra la opresión racista a un nuevo nivel, al tiempo que expuso la traición de clase del liderazgo reformista negro. Después de Harlem, más de 100 ciudades de Estados Unidos sintieron la antorcha de la rebelión. El liderazgo de PL en esta lucha marcó la pauta de nuestra incesante lucha contra el racismo:

Desde la década de 1970 hasta la actualidad, los PL’ers han organizado cientos de ataques contra el Ku Klux Klan y los neonazis dondequiera que difundan su basura racista. Rechazando la mitología pacifista de que estos racistas ruines desaparecerían si se les ignoraba, los hemos atacado frontalmente y nos hemos enfrentado a los policías capitalistas que los protegen. Hemos organizado estas acciones antirracistas y multirraciales en la ciudad de Nueva York, Baltimore, Washington, D.C., Detroit y San Luis. Hemos hecho lo mismo en comunidades más pequeñas como Tupelo, Misisipi; Scotland, Connecticut; Jamesburg y Morristown, Nueva Jersey; y decenas de ciudades y pueblos de California. Invadimos la sede de los nazis en Chicago. Golpeamos a un líder supremacista blanco en una entrevista televisiva en Boston. Se estima que estas acciones militantes contra el KKK y los nazis han involucrado a 100.000 o más trabajadores y jóvenes.

El Primero de Mayo de 1975, movilizamos a 2.500 antirracistas en Boston para marchar contra la organización segregacionista y terrorista llamada ROAR (Restaurar Nuestros Derechos Alienados, acertadamente apodada Racistas Furiosos En Acción). Cuando nos atacaron físicamente, los derrotamos. Posteriormente, organizamos un proyecto de verano para combatir la violencia callejera de ROAR y su racismo contra el transporte escolar. Integramos playas que antes eran solo para blancos, organizamos escuelas de verano antirracistas para niños negros y nos movilizamos para acompañar a niños negros a su primer día de integración en escuelas que antes eran solo para blancos.

Nuestros esfuerzos aplastaron a ROAR

El Primero de Mayo de 1976, marchamos hacia el Parque Marquette de Chicago, donde los nazis habían prohibido la entrada a la gente negra. Integramos ese barrio.

Simultáneamente, el PLP desenmascaró a charlatanes académicos —como EO Wilson, Richard Herrnstein y Arthur Jensen— que difundían obscenidades racistas sobre la “inferioridad” de los trabajadores negros y la fantasía nazi de que el desempleo era hereditario. Organizamos manifestaciones dondequiera que aparecían estos racistas, los ahuyentamos de los auditorios e incluso le echamos una jarra de agua en la cabeza a Wilson en medio de una conferencia. (Nuestro miembro gritó: “¡Wilson, estás completamente mojado!”) La postura del PL fue clara e inflexible: No a la libertad de expresión para los racistas.

Durante este período, el PLP ayudó a organizar el Comité Internacional Contra el Racismo (InCAR), un grupo multirracial y antirracista de masas que lideró muchas de estas luchas.

En el sur de California, nuestro partido se ha organizado contra los antiinmigrantes Minute Men. Hemos visitado pueblos fronterizos para combatir los ataques racistas contra trabajadores inmigrantes de México, movilizando el apoyo de los trabajadores ciudadanos bajo el lema “¡Destruir todas las fronteras!”.

Más recientemente, los PLers han salido a las calles de Brooklyn y Los Ángeles para protestar por los asesinatos de mujeres, hombres y jóvenes negros a manos de policías racistas.

Actualmente, el PLP impulsa la protesta contra el asesinato de Michael Brown a manos de la policía en Ferguson, Misuri. Alzamos nuestro lema — “¡Lucha como Ferguson!”— entre miles de personas en todo el país. Nuestro partido está construyendo un movimiento de rebelión contra el terror policial racista, no llamamientos pacifistas a funcionarios de la clase dominante, desde el Departamento de Justicia de Barack Obama hasta abajo. Hacemos lo mismo en solidaridad con los trabajadores y jóvenes de Baltimore, indignados por el asesinato de Freddie Gray a manos de la policía.

El antirracismo en el taller

El PLP ha planteado constantemente la cuestión del racismo entre los trabajadores organizados para unirlos contra los ataques racistas de la patronal. En 1973, cuando un policía encubierto del Departamento de Policía de la Ciudad de Nueva York disparó por la espalda a un niño negro de 10 años en Queens, un club del PLP en la planta automotriz Ford en Mahwah, Nueva Jersey, llevó la atrocidad a la línea de ensamblaje de la fábrica. Nuestro Partido solicitó a la dirigencia local del sindicato, que no hacía nada, que se posicionara públicamente y exigiera que el policía fuera acusado de asesinato. La respuesta de los trabajadores fue electrizante. Se movilizaron para la acción durante una lucha contractual que previamente se había limitado a cuestiones económicas. Su mayor conciencia política y militancia condujeron a una huelga salvaje de una semana contra las temperaturas de 38 grados Celsius en la planta, que a su vez sentó las bases para la huelga de brazos caídos de Chrysler Mack Avenue dos meses después (véase DESAFÍO, 6 de mayo).

Desde la década de 1980, el PLP ha brindado liderazgo antirracista a 6.000 trabajadores del transporte público del Metro de Washington, D.C. En un momento dado, la membresía local, mayoritariamente negra, eligió a un PLPeísta blanco como presidente, derrotando a un titular negro pasivo. Al excluir a los jefes del Metro a personas condenadas por delitos cometidos por el sistema de injusticia penal de los gobernantes, cierran una de las pocas vías para que muchos trabajadores negros obtengan un trabajo digno. El PLP ha exigido que el sindicato se oponga a las verificaciones de antecedentes racistas. Muchos trabajadores se han unido a nuestro partido en esta lucha antirracista.

Lucha contra el racismo a nivel internacional

El PLP ahora se está organizando activamente en los cinco continentes.

Tras el terremoto de 2010 en Haití, con decenas de miles de personas todavía viviendo en tiendas de campaña, hemos extendido la lucha contra el imperialismo estadounidense y el racismo, que han esclavizado a los trabajadores allí durante dos siglos.

En Israel-Palestina, el PLP está denunciando y combatiendo el intenso racismo de los patrones israelíes (con el apoyo de la clase dominante estadounidense) contra los trabajadores de África y Palestina, víctimas de la sobreexplotación. También estamos organizando a los trabajadores contra los desalojos masivos de pueblos habitados por palestinos por parte de los gobernantes israelíes.

En Pakistán, los partidarios del PL están movilizando a miles de trabajadores para luchar contra la superexplotación racista de los patrones pakistaníes, en alianza con el imperialismo estadounidense. Los patrones han masacrado a miles en talleres clandestinos y en los ataques con drones de Obama.

Estos son solo algunos puntos destacados de la larga lucha del PLP contra el racismo, la base ideológica del sistema de lucro. La lucha contra el racismo preparará a nuestra clase para derrocar al capitalismo y erradicar la explotación y las divisiones entre los trabajadores. Es el lema de nuestro Partido.

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Chicago: Luchar contra el terrorismo racista del Estado mediante la unidad de la clase trabajadora

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20 Septiembre 2025 184 visitas

CHICAGO, 14 de septiembre—Miembros del Partido Laboral Progresista (PLP), partido comunista, se conectaron con miles de trabajadores en el desfile del Día de la Independencia de México, celebrado hoy en el suroeste de la ciudad. Distribuyendo cientos de volantes y ejemplares del periódico CHALLENGE en poco tiempo, nos solidarizamos con innumerables trabajadores inmigrantes y sus familias que enfrentan una oleada de terrorismo de Estado racista, a la vez que ofrecimos una alternativa combativa, internacionalista y anticapitalista.

El frenesí de ataques del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) desatado recientemente en el área metropolitana de Chicago, bajo las órdenes del miembro del Ku Klux Klan en jefe, Donald Trump, está sembrando el miedo a la vez que destruye vidas. Sin embargo, al mismo tiempo, el terrorismo de Estado está provocando una respuesta militante de muchos trabajadores comprometidos a repeler los ataques repugnantes contra nosotros y nuestra clase.

Los comunistas del PLP tenemos un papel único que desempeñar en la creciente lucha. En lugar de depender del nacionalismo, de políticos “menos malos”, de reformas débiles o de leyes y tribunales patronales, estamos construyendo un movimiento obrero militante de masas bajo liderazgo comunista. Mientras luchamos con fervor para proteger a nuestra clase de los ataques actuales, debemos ser audaces al proponer la revolución comunista como la única solución real al caos del capitalismo y reclutar más luchadores antirracistas para el Partido.

Aprovechar el momento para contraatacar y organizarse

Nuestra asistencia al desfile de hoy coincidió con los esfuerzos del Partido en nuestra zona por fortalecer nuestra conexión con las luchas actuales contra el ICE. Tan solo un día antes, un miembro del PLP se unió a casi una docena de trabajadores en un “Recorrido en Bicicleta para Vigilar el ICE” por el mismo barrio donde se celebró el desfile. Los ciclistas vigilaron cualquier actividad del ICE a lo largo de nuestra ruta mientras difundíamos mensajes de apoyo y solidaridad a los trabajadores con los que nos cruzábamos. Se planeó continuar con los recorridos al menos una vez por semana.

En otro barrio cercano con una población mayoritariamente latina, otra miembro del PLP ha estado formando grupos de caminatas para promover la seguridad entre los padres indocumentados. Para muchos trabajadores indocumentados, la idea de salir solos al trabajo, a citas o de compras es intimidante en la situación actual. Muchos se ven obligados a renunciar a sus ingresos por seguridad, o viceversa. Al organizarnos para salir en grupos, contribuimos a reducir el riesgo de forma colectiva y, al mismo tiempo, tenemos la oportunidad de difundir las ideas del PLP entre otros trabajadores con regularidad.

Los jefes liberales mienten, los trabajadores mueren

Profundizar nuestras raíces y conexiones con nuestros compañeros trabajadores es esencial para ganar a más miembros de nuestra clase políticamente para el comunismo y alejarlos del liderazgo mortífero y las ilusiones de los jefes liberales. A medida que la vil administración Trump ha intensificado su discurso de odio racista contra los trabajadores inmigrantes y refugiados, estos jefes liberales han aprovechado cínicamente la oportunidad para presentarse como defensores de los trabajadores. A nivel local, al alcalde de Chicago, Brandon Johnson, y al gobernador de Illinois, J.B. Pritzker, les gusta hablar con firmeza en conferencias de prensa sobre su disposición a enfrentarse a la facción de jefes capitalistas de Trump. Pero la realidad es que son solo dos caras de la misma moneda capitalista.

No olvidaremos que, bajo la dirección de Brandon Johnson, miles de trabajadores migrantes y sus hijos fueron hacinados en albergues insalubres, se les sirvió comida en mal estado y se les negó la atención médica adecuada, con consecuencias mortales (véase DESAFÍO, 31/1/24). Y J.B. Pritzker, cuya fortuna familiar asciende a miles de millones, recortó drásticamente los programas de cobertura médica para trabajadores indocumentados en los recientes presupuestos estatales (WTTW, 28/2).

La verdad es que los capitalistas de todos los países dependen de las mayores ganancias obtenidas de la sobreexplotación de la mano de obra inmigrante. Y todos los políticos son defensores del capitalismo, de una forma u otra, por lo que nunca podemos esperar que dejen de aterrorizar, dividir, deportar y asesinar a miembros de nuestra clase. La única manera de asegurar una existencia digna para todos los trabajadores sin explotación es destruir el capitalismo y construir una sociedad comunista donde las necesidades de la clase trabajadora sean primordiales, nunca las ganancias.

¿Odias las deportaciones? ¡Lucha por el comunismo!

Nuestro colectivo partidario se muestra optimista respecto a las luchas que libramos actualmente y refleja el arduo trabajo que queda por hacer para seguir impulsando la lucha masiva por el comunismo. Confiamos en que las banderas mexicanas y estadounidenses que ondean hoy en los desfiles serán reemplazadas con el tiempo por las banderas rojas de la clase trabajadora internacional y su PLP, pero todo depende del trabajo que hagamos hoy y de las semanas, meses, años y décadas venideras.

Si odias las deportaciones, el racismo y las fronteras, ¡estás listo para luchar por un mundo comunista! El PLP es tu partido para defender a nuestra clase y luchar por el futuro igualitario que todos los trabajadores necesitan y merecen. ¡Únete a nosotros!

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Pakistán: Las inundaciones provocadas por el capitalismo destruyen la vida de los trabajadores

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20 Septiembre 2025 193 visitas

En agosto de 2025, vastas extensiones de Khyber Pakhtunkhwa, Punjab, Gilgit-Baltistán y Cachemira fueron arrasadas por fuertes inundaciones. La naturaleza proporcionó la lluvia, pero es el capitalismo —con su despiadada explotación de la tierra, su construcción imprudente y su negativa a invertir en infraestructura de protección— el que convierte la lluvia en destrucción masiva. La clase trabajadora de estas zonas necesita ayuda y el PLP está organizando labores de socorro. Pero sabemos que solo una revolución comunista traerá el cambio que la clase trabajadora necesita.

Las fuertes lluvias monzónicas, intensificadas por el calentamiento global, se combinaron con décadas de desarrollo capitalista imprudente para desatar una destrucción a gran escala. A finales de agosto, más de 1000 personas habían muerto en todo el país. Solo en Punjab, más de 1600 aldeas quedaron sumergidas, más de dos millones de personas quedaron atrapadas en las inundaciones y casi medio millón se vieron obligadas a abandonar sus hogares. Cultivos en miles de hectáreas quedaron arruinados; puentes, escuelas y hospitales se derrumbaron; y enfermedades transmitidas por el agua se propagaron rápidamente por campamentos abarrotados y barrios sumergidos.

La clase dominante insiste en calificar esto de “catástrofe natural”. Pero nada en esta catástrofe es natural. El Partido Laborista Progresista enfatiza que desastres de este tipo son producto directo del capitalismo.

El imperialismo aprieta aún más la cadena de miseria del capitalismo. Los patrones de los grandes países imperialistas han quemado combustibles fósiles durante siglos, calentando la atmósfera e intensificando los ciclos monzónicos, mientras la clase trabajadora de todo el mundo sufre las consecuencias.

En estas condiciones, las labores de socorro no eran caridad, sino solidaridad: los trabajadores se protegían mutuamente cuando el estado capitalista se negaba a actuar. El PLP se coordinó con sindicatos locales, organizaciones estudiantiles, comerciantes, profesionales, organizaciones benéficas e incluso algunas ONG internacionales para proporcionar tiendas de campaña, paquetes de alimentos y kits de higiene. Fue la gente común la que dio un paso al frente. Los miembros y simpatizantes del PLP se movilizaron rápidamente por todo Pakistán. 

Con recursos limitados, pero con esfuerzos coordinados, el PLP logró llegar a personas en situaciones difíciles. Estas contribuciones salvaron vidas. Sin embargo, incluso la mejor labor de socorro se ve limitada bajo el capitalismo. La ayuda alivia el sufrimiento temporalmente, pero no puede prevenir la próxima inundación.

Como explicaron los camaradas del PLP al reunirse con personas en las zonas afectadas por las inundaciones, bajo el capitalismo los desastres son una guerra de clases. Los ricos se refugian en sus hogares y exigen rescates. Los pobres se ahogan en sus campos, escuelas y aldeas.

Cuando llegaron las aguas, el estado capitalista se mostró inútil. Las indemnizaciones miserables, las suspensiones simbólicas de funcionarios y las visitas simuladas de políticos no pudieron ocultar la realidad: los gobernantes habían abandonado a las masas. En las zonas inundadas, las familias pasaron días sin comida ni agua potable. En Khyber Pakhtunkhwa y Gilgit-Baltistán, distritos enteros quedaron aislados mientras el cólera y la hepatitis se propagaban sin control.

Mientras lucha por la revolución comunista internacional, el PLP también exige medidas urgentes de supervivencia. Las familias desplazadas necesitan refugio e indemnización ya. Las propiedades de lujo vacías deben utilizarse para alojar a las personas sin hogar, debe suspenderse el cobro de alquileres y debe entregarse ayuda económica directa. Los trabajadores deben ser protegidos: no habrá despidos en zonas inundables. 

En cambio, las obras públicas deben emplear a la población local para reconstruir sus comunidades. Los agricultores necesitan ayuda inmediata: condonación de deudas, suministro de semillas frescas y ganado, y restauración de las tierras de pastoreo comunales.

Luchar por reformas no es suficiente. El lucro debe dar paso a la planificación. Una economía comunista satisfaría las necesidades humanas: viviendas colectivas a prueba de inundaciones, bosques y ríos restaurados, sistemas modernos de control de inundaciones responsables ante las comunidades, energía renovable para reemplazar los combustibles fósiles y redes universales de alerta y evacuación gestionadas por la población.

Las aldeas inundadas de Punjab y los puentes derrumbados de Khyber Pakhtunkhwa no son signos de “mala gestión”. Solo una transformación revolucionaria liderada por la clase trabajadora bajo las banderas rojas del PLP puede proteger a las masas y sanar el medio ambiente. El Estado actual está construido para defender la propiedad, no a las personas; no puede reformarse. Los trabajadores y campesinos deben organizarse en el PLP comunista revolucionario internacional para derrocarlo y construir un Estado propio bajo la dictadura del proletariado, que expropie a los explotadores y ponga la producción bajo control colectivo.

Las inundaciones de 2025 son a la vez una tragedia y una advertencia. El PLP llama a la clase trabajadora a organizarse en sus lugares de trabajo, campus y pueblos para construir un partido comunista internacional, el PLP, y vincular la lucha en Pakistán con la lucha global por el comunismo.

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Asalto a Harper’s Ferry en 1859: El poder de la unidad militante y multirracial

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20 Septiembre 2025 193 visitas

El plan del abolicionista John Brown en la redada de Harpers Ferry era apoderarse de las armas en el arsenal alli y comenzar a armar a los trabajadores esclavizados quien lideraría una rebelión a gran escala contra la esclavitud.

El próximo 17 de octubre marca el aniversario 166 de la redada en Harper’s Ferry por el abolicionista John Brown. Fue una revuelta revolucionaria mostrando la necesidad de una lucha militante, antirracista, multirracial, y revolucionaria.
Década de 1850: La clase capitalista estadounidense violentamente se divide

El escenario de la redada de John Brown es EE.UU. en los 1850, con facciones opuestas de la clase capitalista estadounidense peleando entre si. Para los esclavistas sureños, la recolección de algodón dependía de la esclavización de trabajadores negros, aun si eso significaba secesión y la construcción de su propio país. Los capitalistas sureños domininaban sobre el poder estatal estadounidense, por décadas habían controlado la Suprema Corte y la presidencia. La lógica del infame caso Dred Scott en la Suprema Corte en 1857 dio luz verde para la expansión de la esclavitud y en 1859, John Brown dirigió su redada multirracial a un arsenal en Harper’s Ferry, Virginia.

Los dueños de plantaciones sureños de EE.UU. estaban aterrorizados por la redada de John Brown, por su unidad multirracial y militancia, una verdadera refutación contra su estereotipo racista. Uno de los cinco luchadores libertarios negros, Osborne Anderson, describió la atmosfera antes de la redada:

“Me han permitido darme cuenta, por completo, la armonía moral, mental, física, social de una familia anti-esclavista, llevando a cabo, por completo, el principio de la causa anti-esclavista. En la casa de John Brown, y en la presencia de John Brown, hombres de diferentes partes del continente se reunieron y unieron en una compañía, donde no se percibe el odioso prejuicio – ningún fantasma de distinción encontró espacio para entrar”.

Desde la niñez, John Brown juro luchar contra la esclavitud

Esta confianza entre trabajadores negros y blancos no ocurrió de la noche a la mañana. El padre de John Brown fue el “conductor” del Underground Railroad [Tren Clandestino] en Ohio. A la edad de 12, Brown conoció a un niño esclavizado fugitivo y vio el sufrimiento que la esclavitud le había causado, eso lo marco para siempre. Brown creía que negros y blancos eran completamente iguales. Y puso en practica este conocimiento diariamente.

De adulto, Brown mudo a su familia a una granja en North Elba, NY, cerca de la comunidad negra de trabajadores anteriormente esclavizados. Muchos de ellos eran invitados regularmente a cenar a casa de la familia Brown. Los abordaba como Sr. o Sra., en contraste con las costumbres racistas de la era (aun entre muchos opositores a la esclavitud).

En preparación para la redada, Brown reunió a abolicionistas negros y blancos. En abril de 1858, mientras colectaban dinero, armas y voluntarios en Canadá, visito a Harriet Tubman. Ella era bien conocida en la comunidad de esclavos fugitivos negros, ya que los había guiado personalmente a la libertad.

Tubman apoyo sus planes, pidiéndole que la fecha de la redada fuera el 4 de julio de 1858, prometiendo llevar a voluntarios. Acordaron comunicarse a través de su amigo mutuo, Frederick Douglas, un abolicionista negro antes trabajador esclavizado.

Tubman: Libertadora de 300 trabajadores esclavizados

Las propias experiencias de Tubman la acerco a Brown. Nacida alrededor de 1820 de padres esclavizados en una plantación en Maryland, Tubman hacia trabajo de casa y campo, era abusada físicamente y con llanto en los ojos vio a muchos de sus nueve hermanos vendidos a otras familias.

Durante su adolescencia, Tubman sufrió de un cráneo roto debido a la vida brutal en la plantación. Su “dueño” trato de venderla como “producto dañado”. Así que huyo, caminando por varias semanas, casi siempre de noche, unas 90 millas hasta llegar a Philadephia, a través del Tren Clandestino.

Poco después regreso, sacando a su familia de la esclavitud hacia Canadá. Y eso solo fue el comienzo.

Por once años, y un precio sobre su cabeza, Tubman hizo trece viajes al sur y guio aproximadamente 300 esclavos a la libertad en Canadá. Apoyo las luchas armadas de Brown en Kansas contra las pandillas pro esclavitud. Brown a su vez, conocía la valentía, militancia y conocimiento del terreno y de las redes del Tren Clandestino de Tubman, sabia que Tubman seria invaluable en sus planes de liberar a los esclavos a como diera lugar. Le llamaba “General Tubman”. Ambos creían en acción directa y violencia armada para acabar con la esclavitud.
Tubman se enfermo y no pudo llevar sus fuerzas a Harper’s Ferry, pero su trabajo inspiroal resto de los rebeldes. El ejemplo de Tubman, así como de Osborne Anderson y los otros rebeldes, desacredito la imagen de la gente negra como victimas pasivas, aterrorizando a esclavistas y políticos sureños e inspirando el movimiento abolicionista.

Esclavistas petrificados por rebeliones Negras

Como todas las formas de una sociedad de clases, la esclavitud era llevada a cabo con la violencia de la clase gobernante. Pero para quienes dicen que los trabajadores no pelearan contra la opresión, los hechos de la historia nos muestran que la lucha es universal.

La rebelión armada en 1831 de Nat Turner catapulto la abolición como una demanda inmediata. Los abolicionistas como Harriet Tubman, Frederick Douglas, John Brown, Sojourner Truth, William Lloyd Garrison y muchos otros, se unieron a esta lucha. La ley de Esclavos Fugitivos de 1850 amplio el alcance de los esclavistas hacia el norte, para capturar a los escapados de la esclavitud, pero los abolicionistas muchas veces atacaban a estos captores, a veces liberando a los fugitivos. Frederick Douglas dijo, “La única manera de convertir en carta muerta la ley de Esclavos Fugitivos es hacer muertos a una docena o mas captores”.

Los esclavistas, aunque hablaban de negros “dóciles” sabían bien lo que ocurría. Estaban con miedo del potencial de los rebeldes negros y de los “agitadores foráneos”. Patrullaban toda la noche con perros y armados, para intimidar a sus trabajadores esclavos y para que no recibieran la literatura abolicionista.

Brown y Tubman demostraron que las ideas racistas y nacionalistas no se pueden sobreponer simplemente dentro de nuestra cabeza. Se necesita un cambio material en la forma en que uno vive. Entre los abolicionistas militantes negros y blancos, se desarrollo la unidad multirracial durante años de trabajar juntos, conociéndose mientras luchaban con sus diferencias.

Violencia masiva revolucionaria

Invitamos a todos los trabajadores, soldados y estudiantes a participar en la lucha antirracista, a unirse al Partido Laboral Progresista. El PLP esta parado sobre los hombros de Brown, Tubman, Douglas y las masas de trabajadores que apoyaron la redada de Brown y al Tren Clandestino. Sin embargo, estos antirracistas y su política, tenían sus limites.

John Brown analizo correctamente que solo la acción directa y violenta podría acabar la esclavitud – y la noche de su ejecución, admitió que subestimo la violencia necesaria para acabar la esclavitud. El PLP aplaude la implacable violencia demostrada por Brown hacia los racistas dueños de plantaciones y los secuestradores, pero rechaza la guerra de guerrillas a corta escala. Nosotros luchamos por un movimiento militante masivo comunista, cuyos soldados serán trabajadores de fabricas y del campo. La revolución comunista significa que millones de nosotros – eventualmente todos nosotros – debemos convertirnos en organizadores comunistas en nuestros trabajos, universidades, barracas, y organizaciones de masas.

La violencia de masas es lo opuesto de la de John Brown, la cual era basada en la religión y el martirologio individual. La historia nos ha mostrado que cuando las masas de trabajadores se han parado y luchado son invencibles. La violencia de masas significa que millones de trabajadores están organizados y armados con las ideas comunistas primero. Significa luchar para ganar a trabajadores a la filosofía del materialismo dialectico y analizar al mundo desde la perspectiva de la lucha de clases y la destrucción del racismo con la revolución comunista por la dictadura de los trabajadores.

La tarea histórica de la clase trabajadora es derrocar el capitalismo. La violencia no se puede evitar. Sin embargo, esto no significa insistir en la muerte o un “suicidio revolucionario” individualista, sino organizar y preservar nuestras fuerzas para continuar la lucha.

¡Únete al PLP!

Hoy, nuevamente existe una división en la clase gobernante estadounidense, pero la situación mundial es muy diferente. El imperialismo estadounidense esta en declive, mientras que los imperialistas chinos y rusos son mas asertivos. 

Los grandes fascistas, la sección imperialista de la clase gobernante estadounidense no tienen un Lincoln que una sus facciones capitalistas, solo un endeble Joe Biden. Los grandes fascistas quieren crear el fascismo liberal con la excusa de salvar la democracia que nunca ha existido, quieren construir para la guerra contra China o Rusia. Mientras que los pequeños fascistas, han desatado a ego-maniáticos como Donald Trump, quienes quieren una aislacionista “Fortress America” [Ambas facciones capitalistas significan mas racismo, sexismo y ataques abiertamente fascistas a la clase trabajadora internacional. El PLP lucha por seguir el ejemplo de John Brown y Harriet Tubman y dirigir a la clase trabajadora hacia una revolución, donde los trabajadores dirijan el mundo, sin patrones racistas ni su sistema de ganancias. 

¡Únetenos!

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Cartas . . . 1 de octubre, 2025

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20 Septiembre 2025 167 visitas

Canadá: los huelguistas agradecen la solidaridad mostrada

En un viaje reciente a la Isla del Príncipe Eduardo, Canadá, me encontré con un piquete de trabajadores municipales. Su sindicato cuenta con solo 35 miembros. Según mis cálculos, pueden presumir de una participación cercana al 100 %. La huelga lleva ya 43 días. La administración de la ciudad de Charlottetown se niega a negociar, a pesar de que las mejoras contractuales que prevén costarían solo 150 000 dólares canadienses.

Hablé extensamente con dos compañeros sindicalistas. Ambos expresaron su impresión de que Estados Unidos se estaba deslizando hacia el autoritarismo y el fascismo, y ambos estaban preocupados por las amenazas a la soberanía canadiense.

Estaban muy molestos con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y los ataques a inmigrantes aquí, aunque confesaron que Canadá ha tenido una historia muy variada de interacciones con las Primeras Naciones (pueblos indígenas). Lo que les preocupa es el nivel de apoyo que Trump parece tener, según su percepción de los medios de comunicación entre los residentes de Estados Unidos. Señalé las recientes manifestaciones en Chicago, Washington D. C. y Los Ángeles, y la creciente resistencia al auge del fascismo. Describí los esfuerzos del Comité de Solidaridad Laboral de la Federación Unida de Maestros - Capítulo de Maestros Jubilados para fomentar la solidaridad de la clase trabajadora y de nuestro grupo de trabajo sobre el auge del fascismo. Aplaudieron nuestros esfuerzos.

Por supuesto, solo un movimiento de masas que libere a los trabajadores del yugo de las relaciones capitalistas de producción y cree una sociedad comunista liderada por los trabajadores acabará con nuestra dependencia del capital.
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Para combatir el cambio climático, hay que acabar con el capitalismo

No es ningún secreto que la clase dominante internacional sigue sin responder en beneficio de los trabajadores a las condiciones rápidamente cambiantes del planeta debido al cambio climático. Últimamente, los medios de comunicación capitalistas han prestado cada vez menos atención a las causas profundas del problema.

Parte de esto se debe a las enormes ganancias que genera la industria petrolera y al uso continuo de tecnología para extraer petróleo de los yacimientos petrolíferos más antiguos de Estados Unidos. Estos cambios tecnológicos han contribuido a que Estados Unidos vuelva a ser uno de los principales productores de petróleo tras experimentar un declive hace 15 años, antes del uso extensivo de la fracturación hidráulica (fracking).

Los medios de comunicación capitalistas saben muy bien dónde les conviene estar. Informan sobre catástrofes individuales de vez en cuando sin prácticamente ninguna conexión entre los puntos. Al conectar los puntos de los desastres individuales, se presenta una imagen de ganancias antes que personas.

Los comunistas saben que la ciencia y la política deben liderar la respuesta. La ciencia del cambio climático se comprende bastante bien. Los síntomas del cambio climático, reportados regularmente en la prensa internacional a través de artículos sobre inundaciones devastadoras que matan a miles de personas en Pakistán, India o China, son solo un anticipo de la crisis que se avecina. Tan solo desde junio, más de 400 personas han muerto en Pakistán por las inundaciones causadas por la creciente intensidad de las lluvias monzónicas. Las inundaciones se producen cuando los glaciares del Himalaya se derriten e inundan las llanuras aluviales donde las constructoras, ambiciosas, construyen viviendas.

New Scientist afirma: “Los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera han aumentado 15 partes por millón más desde 1960 debido a la disminución de la capacidad de la Tierra y el mar para absorber el exceso de CO2”.

La deforestación, la sequía y el calentamiento de los mares reducen la capacidad de la tierra y el agua para absorber el CO2 que impulsa el aumento de las temperaturas globales. Futuros artículos aportarán perspectivas sobre la necesidad de una mejor modelización y planificación climática. Una clave para la sociedad comunista dirigida por la clase trabajadora, imaginada por el Partido Laboral Progresista (PLP) internacional, es la planificación científica y el debate exhaustivo en toda la sociedad. El capitalismo aliena (separa) a las clases trabajadoras de la planificación. En una sociedad capitalista, lo que impulsa nuestra investigación científica es el dinero y los intereses de los capitalistas de obtener ganancias cada vez mayores. El gobierno (estado) está controlado esencialmente por los ricos. Nunca renunciarán voluntariamente a su dinero, ganancias o poder. Queremos cambiar eso. Ayude a construir el mundo igualitario que es posible. Ayude a construir el PLP comunista revolucionario. Únase a nosotros ahora que hay tiempo.
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Rechacemos el terrorismo individual y trabajemos en cambio junto a las masas

El asesinato del fascista Charlie Kirk es un acto reaccionario. ¡No se trata solo de Kirk! ¡Se trata de todo el maldito sistema capitalista! La única manera de alejarse del fascismo insidioso del Partido Republicano (Trump) es organizando a los trabajadores y a otros para derrocar el capitalismo.

Esto es lo que Vladimir Lenin escribió sobre el “terror” (asesinato político) en 1894.

“La Voluntad Nacional estaba encabezada por un Comité Ejecutivo... [nombres omitido] El objetivo inmediato de la Voluntad Nacional era el derrocamiento de la autocracia zarista, mientras que su programa preveía la organización de un “órgano representativo popular permanente” elegido por sufragio universal, la proclamación de las libertades democráticas, la entrega de tierras al pueblo y la elaboración de medidas para que las fábricas pasaran a manos de los trabajadores.

Sin embargo, los Narodovoltsi no lograron llegar a las masas populares y recurrieron a la conspiración política y al terror individual. La lucha terrorista de los Narodovoltsi no contó con el apoyo de un movimiento revolucionario de masas y permitió al gobierno aplastar la organización recurriendo a una feroz persecución, sentencias de muerte y provocaciones.

Después de 1881, la Voluntad Nacional se desintegró. Los repetidos intentos de revivirla durante la década de 1880 terminaron en fracaso; por ejemplo, el grupo terrorista organizado en 1886, encabezado por A. I. Uliánov [hermano de V. I. Lenin] y P. Y. Shevyryov compartía estas tradiciones. Tras un intento fallido de asesinar a Alejandro III, el grupo fue descubierto y sus miembros activos ejecutados.”
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Punda Amechoka: Los trabajadores en Kenia están cansados ​​del capitalismo

Antes del verano de 2024, cuando la brutal represión policial contra las protestas juveniles en Kenia captó la atención de los medios internacionales, los trabajadores kenianos ya habían organizado una serie de manifestaciones para protestar contra los impuestos excesivos y la alta inflación. 

La que yo presencié comenzó el 7 de julio de 2023 y se extendió por al menos veinte condados. Miles de trabajadores inundaron las calles, golpeando ollas, sartenes y otros utensilios de cocina, y coreando “Punda Amechoka”, una frase en suajili que significa “el burro está cansado”. Este lema compara a los seres humanos con los animales de trabajo para ilustrar el hambre provocada por los impuestos. 

Kenia ocupa el puesto 100 de 127 países en el Índice Global de Hambre de 2024, con una puntuación de 24.0, lo que indica un grave problema de hambre. La causa no es la escasez de alimentos, sino la incapacidad de la población para adquirirlos. Cuando sube el precio de la harina de maíz (unga), alimento básico para la mayoría de los kenianos, los pobres no compran dulces. Dejan de comprar productos esenciales cuando los precios de los productos básicos se disparan. 

Durante los tres meses que viví en una comunidad de trabajadores migrantes en el centro de Kenia, observé que incluso los pocos trabajadores industriales “afortunados” que trabajaban en las fábricas cercanas, omitían comidas y reducían el consumo de otros nutrientes. 

En El Capital, volumen 1, Marx considera el salario como un fondo para el consumo individual que proporciona a los trabajadores “los medios de subsistencia, o el fondo de trabajo, que el trabajador necesita para su propia subsistencia y reproducción, y que, en todos los sistemas de producción social, debe producir y reproducir él mismo” (Penguin, p. 713). Esto se ha traducido en la demanda de un “salario digno” en las luchas laborales. Sin embargo, para la mayoría de los africanos, los empleos asalariados ya no ofrecen perspectivas reales para la mayoría urbana, y son más bien un sueño lejano. 

Los bienes esenciales, como alimentos, agua, saneamiento y vivienda, se generan a través de diversas formas de la economía informal. Los trabajadores migrantes “rural-urbanos” que estudio en mi investigación realizan una variedad de trabajos temporales y mal remunerados, incluyendo trabajo en fábricas, talleres, venta ambulante, servicio doméstico, recolección de residuos, costura a domicilio y artesanía. El término “hustling” (literalmente, “trabajar duro”) se ha convertido en la expresión coloquial para describir la experiencia laboral común, las luchas compartidas que William Ruto aprovechó en su exitosa campaña presidencial de 2022. El entonces candidato presidencial aprovechó la profunda frustración causada por el desempleo y el estancamiento social, afirmando representar a la clase de los “hustlers” y presentando su campaña como “hustlers contra las dinastías”. 

Quedó claro de qué lado estaba Ruto casi de inmediato. Ordenó a la policía que disparara munición real contra los manifestantes que exigían al gobierno que retirara los proyectos de ley tributarios que aumentarían aún más el ya elevado costo de vida. En mi vecindario, la policía patrulló con vehículos totalmente armados y usó gas lacrimógeno para dispersar a los vecinos. Un vecino me salvó, me agarró del brazo y me llevó a un refugio para trabajadores en medio del caos. Si bien los kenianos se encuentran en la periferia de las relaciones laborales capitalistas, son, sin embargo, protagonistas de la acumulación capitalista. Junto con Zambia, Sri Lanka, Egipto, Pakistán, Ghana y otros países de renta media-baja, Kenia está al borde del impago de su deuda pública. En 2023, Kenia gastó el 59% de sus ingresos en el pago de la deuda. El ritmo de la deuda pública afecta significativamente a los kenianos debido a los altos impuestos y los recortes masivos en los servicios públicos. El aumento de precios de los alimentos básicos, la electricidad, el transporte en matatu (minibús) y otros artículos esenciales dominan las conversaciones diarias. Las políticas de austeridad, de hecho, hacen que cada ritmo de la vida social y cada actividad productiva dependa del pago de la deuda soberana. Por lo tanto, la deuda pública crea una economía nacional a la que supuestamente todos los kenianos tienen obligaciones. Como señala Marx: “la deuda pública se convierte en uno de los mecanismos más poderosos de la acumulación primitiva” (El Capital, Tomo I, Penguin, p. 919). Los verdaderos “hustlers” le han dado a William Ruto un apodo que se merece: “Zakayo”, que en suajili significa Zaqueo, la figura bíblica conocida por ser un recaudador de impuestos codicioso. 

¿Qué opciones les quedan a los kenianos comunes más que resistirse? Contrario a la idea lineal del progreso histórico, la experiencia de las personas con el capitalismo no es lineal, como en el caso de los africanos negros que rara vez experimentaron el fordismo (excepto en algunos casos en Sudáfrica) y ahora se enfrentan al capitalismo financiero en su máxima expresión. Kenia no solo demuestra cómo la deuda pública puede generar violencia en la vida cotidiana, sino también cómo las personas se ven obligadas a recurrir a préstamos solo para sobrevivir. Con la omnipresencia de los teléfonos móviles, incluso en África, los préstamos digitales –financiados por el capital excedente global– resultan muy atractivos para quienes necesitan obtener dinero para comprar alimentos. 

En este contexto, el lema «Punda Amechoka» («El burro está cansado») significa, a mi entender, que la gente está harta de estar esclavizada por las deudas, tanto públicas como privadas.
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