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Stranger Things: Nostalgia imperial y la amenaza roja
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- 12 Octubre 2019 629 visitas
El argumento de la serie de Netflix Stranger Things es bastante simple: un chico se pierde cerca de un laboratorio de alta seguridad del gobierno. En busca de respuestas, la serie revela las cosas más extrañas: fuerzas sobrenaturales, un experimento de alta seguridad del gobierno, y una chica con poderes telequinésicos.
La última temporada es una celebración del consumismo retrogrado y del anti comunismo. La historia, situada en el medio-oeste estadounidense de los años 80, nos cuenta el cuento que el mal más grande que enfrentaba la clase trabajadora durante la era de Reagan, el imperialismo de la guerra fría, y el racismo desenfrenado eran los rusos soviéticos.
En el actual periodo en que el imperialismo de EEUU está en declive y una guerra mundial con China y Rusia se cierne en el horizonte, esa mirada nostálgica al imperio estadounidense en su apogeo les ayuda. A los medios de la clase dominante liberal les encanta usar el anti comunismo como herramienta para promover el nacionalismo estadounidense y las ideas anti rusas que se puedan usar en una guerra.
La Imagen del Villano Ruso
La actual paranoia pública anti rusa, que se da desde las elecciones presidenciales del 2016, prepara a la sociedad para un conflicto real entre estos dos poderes imperialistas. Visto desde esta perspectiva, Stranger Things es parte de estos planes de guerra. La serie se sitúa en un tiempo en que la propaganda anti soviética era tan estadounidense como los pasteles de manzana, una campaña que promovía el Partido Demócrata y sus medios de comunicación liberales. La serie imita la histeria anti comunista de los 80, que ya hemos visto en películas como Rojo Amanecer (1984). La mayor diferencia entre entonces y ahora es el declive relativo del poder estadounidense.
La nueva temporada comienza con el científico Alexis y el asesino a sueldo Grigori, de la Unión Soviética capitalista, mirando una maquina detrás de un panel de vidrio. La inadecuada tecnología rusa ya ha electrocutado a tres tipos. El director científico se defiende en ruso, “Camarada General, estamos cerca. Puede ver nuestro progreso. Pero necesitamos mas tiempo—” [allí Grigori levanta al patético científico por el cuello y lo estrangula].
Los rusos tratan diabólicamente a los trabajadores. Esa no es la actitud de los comunistas. Aun más, el uso de la jerga comunistas que usan los villanos se burla de la historia. Aunque la Unión Soviética haya ya retrocedido al capitalismo, a los medios capitalistas les conviene para promover el patrioterismo estadounidense envuelto en un paquete anti comunista.
La cámara nos lleva desde el laboratorio a las montañas de lo que asumimos es Rusia. El general en jefe y Grigori van hacia su helicóptero privado en el techo de un castillo gris recubierto de nieve y en el que ondea la bandera comunista. ESTE es el cuartel diabólico—lejos de los suburbios estadounidenses llenos de jardines verdes y piscinas segregadas.
Una peligrosa nostalgia por los EEUU de los 80
Stranger Thingsrefleja el tiempo de la economía racista del mercado libre. “Un sistema económico de mercado libre puede ser a la vez profundamente dañino al pequeño comercio (véase la llegada del centro comercial Starcourt a Hawkins) y una preferible alternativa al comunismo autoritario de los enemigos de América en los años 80” (The Atlantic, 4/7). Los carteles por la ciudad anuncian, “Salvemos el centro, no a los centros comerciales”. Un personaje, Lindsay, propone al periódico una historia sobre la dislocación de los pequeños comercios pero en la redacción, en la que todos son hombres, se burlan de ella.
Debajo de este centro de compras impulsivas, sobre-consumo y esclavitud salarial se cierne una amenaza mayor—la conspiración Rusa. El peligro de esta narrativa es que trata de hacer creer a la gente que Rusia equivale al comunismo, y el comunismo equivale al terrorismo.
Traiciones de clase
El caso de Murray y Alexei presenta otro nivel de este anti comunismo. El periodista y traductor del ruso, Murray, secuestra a Alexei. Estos dos se convierten en los mejores amigos cuando el primero transforma y compra la lealtad a EEUU del segundo con helados granizados de 7/11, juegos de carnaval y comida rápida. Los placeres del consumismo estadounidense pueden convertir a un ruso desalmado en un alma de dios y guiarlo en la dirección correcta.
Erica, la hermana de 10 años del protagonista Lucas, no necesita ninguna transformación ya que de antemano valora el capitalismo estadounidense. Cuando le piden a Erica que espié a los rusos subiéndose por unos tubos de ventilación, explica qué es lo que más ama de EEUU—el sistema de mercado libre y exige que le garanticen una entrega vitalicia del helado de “caramelo USS”.
La única joven negra de la temporada es inexplicablemente pro-capitalista y anti comunista. Curioso como la más explotada y oprimida bajo el capitalismo—la trabajadora negra—está representada como la que mas apoya su propio fin.
¿Quién es el monstruo?
Hay que romper esa ilusión de un nostálgico EEUU en los 80 que Stranger Things vende. Sin una crítica apropiada dentro de la historia, tranger Things no es más que una celebración cultural de los EEUU como el máximo asentamiento anti comunista y promueve ese sentimiento con sus ambiciones capitalistas.
Semanas después de la inauguración de la serie, la heladería Baskin Robbins inició la promoción del helado de Caramelo USS en una campaña por el sabor del helado de Stranger Things. ¿Cómo llegamos de los seres inter espaciales y la ficción nostálgica a la promoción capitalista? Si dejamos que la clase dominante nos lo cuente, la amenaza siempre es externa, nunca el sistema mismo, pero en este caso la Unión Soviética es un demonio de otro mundo.
Esto está relacionado con las noticias actuales en las que a la clase dominante, a los políticos liberales y a los negocios se les describe como un mal necesario, mientras que se presenta a los comunistas e inmigrantes como un mal real, que está aquí sólo para infligir violencia contra los estadounidenses patrióticos y sus valores. Como la mayoría de la propaganda anti comunista, el mal que atribuyen al comunismo es ya una realidad viviente dentro del capitalismo. Stranger Things es una proyección; la pesadilla soviética es simplemente un reflejo de la propia cultura capitalista de los EEUU.
Stranger Things comenzó como una serie sobre monstruos pero se perdió de identificar al verdadero. Cuando vea esta serie, tome una actitud crítica contra esta propaganda y defienda la perspectiva de toda la clase trabajadora internacional.
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Conseguimos enfermeras en todas las escuelas, pero aún necesitamos comunismo
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- 12 Octubre 2019 235 visitas
Durante los últimos nueve años, el Partido Laboral Progresista y sus aliados han estado luchando por una enfermera en todas las escuelas públicas de Boston. Liderados por un grupo central, muchas enfermeras, con el apoyo de otros miembros del sindicato, lucharon por esta demanda y finalmente ganamos. Es un comentario triste sobre esta sociedad capitalista que tomó nueve años para ganar una necesidad tan básica. También es un testimonio de los heroicos trabajadores que perseveraron en esta lucha. Ahora necesitamos un mayor compromiso para deshacernos de este sistema capitalista de una vez por todas. Necesitamos una revolución para el comunismo donde la clase trabajadora organice la atención médica para todos.
Por seguridad, una enfermera debe estar presente en una escuela para cubrir emergencias. Pero también 1/3 de nuestros estudiantes tienen afecciones de salud crónicas, como asma y diabetes, que una enfermera escolar debe manejar diariamente o según sea necesario. Las enfermeras escolares también brindan un lugar seguro para los niños preocupados por las situaciones de abuso, la falta de vivienda, el miedo a las redadas de deportación, el hambre y las situaciones familiares difíciles.
Los estudiantes en vecindarios pobres, principalmente negros y latinos, tienen más problemas de salud crónicos, más personas sin hogar y necesitan MÁS apoyo de una enfermera escolar para ayudarlos a mantenerse saludables y mejorar su experiencia de aprendizaje. Entonces, en efecto, una enfermera en cada escuela es una lucha antirracista para igualar la atención médica. Aunque la desigualdad siempre persistirá mientras tengamos capitalismo, debemos tener confianza en la clase trabajadora para luchar por controlar todos los aspectos de la sociedad. Ese es el poder de la clase trabajadora: el comunismo. Cuando comenzó la lucha, si una enfermera estaba enferma y no podía encontrar un sustituto, otra enfermera tendría que abandonar su escuela y cubrir la escuela de la enfermera ausente. ¡Y varias enfermeras ya servían dos escuelas! Primero luchamos por más enfermeras sustitutas y, a través del contrato sindical, ganamos seis enfermeras “flotantes”. Para ganar esta lucha, hablamos a menudo en las reuniones de afiliación sindical, en las reuniones del comité escolar abierto y en las audiencias del Consejo de la Ciudad de Boston. Nos comunicamos con los padres de los niños en sus escuelas para hablar en contra de las condiciones inseguras. Pedimos a todas las enfermeras que documentaran las condiciones inseguras en su escuela, modificando una encuesta proporcionada por la Asociación de Enfermería de Massachusetts (MNA, por sus siglas en inglés). Las enfermeras que cubrían dos escuelas fueron los principales respondedores sobre situaciones de personal estresantes e inseguras. Utilizamos la encuesta para involucrar a más enfermeras en la lucha. Las enfermeras que fueron votadas como líderes sindicales utilizaron sus posiciones para servir tanto a las enfermeras como a los estudiantes (como lo haría un comunista), no para beneficiar nuestras carreras (como dictaría la ideología capitalista).
En estos días, el trabajo de una enfermera escolar es mucho más complejo y requiere mucho tiempo. Manejamos a los diabéticos, las alergias que ponen en peligro la vida, los medicamentos diarios, los problemas de salud mental, los niños que antes estarían hospitalizados pero que ahora dependen de una enfermera escolar para mantener su salud, y más.
Después de nuestra larga lucha, el liderazgo sindical acordó hacer de una enfermera en cada escuela la demanda de contrato número 1, ¡Y ahora forma parte del contrato del Sindicato de Maestros de Boston! Bajo el comunismo no habrá escasez de enfermeras y todas las necesidades de los trabajadores serán satisfechas. Ganamos esta batalla. Sigamos luchando por un mundo mejor: ¡el comunismo! ¡Atrévete a luchar, atrévete a ganar!
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Rivalidad saudita e iraní Imperio estadounidense en peligro
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- 28 Septiembre 2019 287 visitas
El 14 de septiembre, un dron ataco las refinerias de petróleo estatales Abqaiq y Khurais, no se confirmo el origen del ataque, el cual interrumpió el 5% de la producción petrolera global, acercando a la tercera guerra mundial a los imperialistas rivales. El ultimo conflicto en el Medio Oriente nos muestra una clase dominante estadounidense fracturada y el deterioro de su influencia. También nos recuerda como la lucha de los capitalistas en competencia por los recursos nos lleva al asesinato masivo y el desalojamiento de trabajadores.
Solo construyendo al Partido Laboral Progresista, partido revolucionario comunista, podremos, los trabajadores, transformar la próxima e inevitable guerra inter-imperialista, convirtiéndola en una guerra de clases contra todos los patrones. Después de la mano de obra de la clase trabajadora internacional, el petróleo probablemente es el producto mas lucrativo de los gobernantes. Bajo el sistema de ganancias, los súper poderes capitalistas en competencia se han enfrentado repetidamente por controlar las ganancias del petróleo en el Medio Oriente. Mientras tanto, los patrones capitalistas en Irán, bajo la bandera de las ideologías toxicas de religión y nacionalismo, luchan por recuperar el control de su producción petrolera.
Bajo el comunismo escribiremos una historia diferente. El liderato de la clase trabajadora internacional determinara el desarrollo de los recursos energéticos basándose en las necesidades y la protección del planeta.
Un orden mundial cambiante
Desde el 2015, el estado criminal esclavista de Arabia Saudita ha peleado en Yemen contra los rebeldes nacionalistas Houthi, apoyados por Irán. Un brutal conflicto que, con ataques aéreos y epidemias de hambruna y cólera, ha masacrado unas 100,000 personas, la mayoría civiles (theguardian.com, 20/6). Aunque los houthíes se atribuyeron los ataque con drones, los patrones estadounidenses y saudíes culparon a Irán. El incidente envalentona a los rivales de EE.UU. y crea la duda entre sus aliados. Refleja la perdida de influencia de los patrones estadounidenses en la región.
El viejo orden mundial, dominado por la clase gobernante estadounidense desde la segunda guerra mundial, esta sitiado. Los dos aliados mas cercanos a EE.UU. en Europa continental están protegiendo sus apuestas. La canciller alemana, Angela Merkel, citando las atrocidades en Yemen, rehúsa levantar el embargo de armamento contra Arabia Saudita (Bloomberg, 17/9). Emanuel Macron, presidente de Francia, ha propuesto una línea de crédito de $15 mil millones a Irán, desafiando las sanciones estadounidenses (New York Times, 5/9). Alemania y Francia han optado por quedarse en el acuerdo nuclear negociado por el ex presidente estadounidense Barack Obama –del cual, el actual presidente Donald Trump, salió el año pasado.
Mientras tanto el presidente ruso Vladimir Putin le vende un sistema de misiles a Irán y Turquía, y le ofrece un acuerdo similar a Arabia Saudita (Reuters, 16/9). En junio, Putin declara que esta listo para aprovecharse de la debilidad de EE.UU.
Imperio estadounidense en declive
La aparente confusión entre los patrones estadounidenses es el resultado de las facciones en competencia dentro de la clase dominante. Los capitalistas financieros, ala principal, representando a los grandes bancos y las petroleras multinacionales, están comprometidos a mantener el control estadounidense sobre el Medio Oriente – con tropas en tierra, si es necesario, y alianzas multilaterales con los aliados históricos de los gobernantes. Al mismo tiempo, el ala principal patronal se da cuenta que no esta preparada para una guerra con Rusia o China. Primero tienen que forzar la disciplina y unidad entre su propia clase; por eso el juicio político a Trump. Después ellos necesitan construir un movimiento patriota, multirracial fascista masivo dentro de la clase trabajadora.
El Gen. Joseph Dunford, designado por Obama y actual jefe del Comando Conjunto estadounidense, recientemente advirtió que sostener un conflicto en el Medio Oriente requería del desvío de mas fuerzas hacia la región del Pacifico, en donde espera contener una China creciente expansionista en el Mar del Sur de China y el Mar del Este de China. Los patrones del ala principal necesitan mantener su poder para un futuro conflicto con su principal rival por el dominio mundial.
Mientras tanto, los patrones petroleros mas pequeños, dirigidos por la familia Koch cuyo frente es la política Fortress America de Trump, quieren subcontratar la vigilancia militar del Medio Oriente a Arabia Saudita e Israel. Están en contra de la pesada carga de impuestos para una guerra futura – o mantener alianzas multilaterales como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Para proteger sus ganancias prefieren confiar en una amenaza nuclear estadounidense y las Fuerzas Aérea y Naval.
A pesar del fanfarroneo de estar “listo para actuar”, Trump tuvo cuidado de no minimizar la posibilidad de una guerra con Irán e indico que EE.UU. continuara intensificando las sanciones económicas. Cuatro días antes de los ataques de dron, Trump despidió a John Bolton, el “poderoso” consejero de seguridad nacional que promocionaba una intervención militar contra el régimen iraní. El 20 de septiembre, Trump anuncio el despliegue de unos cientos de soldados al Golfo Pérsico, adicionales a los 2,000 enviados en junio, y además del equipo de misiles de defensa aérea - a lo que el secretario de defensa, Mark Esper, califico de “defensivo”(npr.org, 20/9).
Guerra imperialista contra revolución comunista
La dictadura capitalista –lo que los patrones llaman “democracia liberal”- significa que, por una crisis u otra millones de trabajadores serán asesinados o se convertirán en refugiados. Mas de 70 millones de trabajadores están desplazados en la actualidad (UNHCR, 19/6). Solo en Yemen tres millones han sido forzados a abandonar de sus hogares. Esto es el “daño colateral” de la rivalidad inter-imperialista. Es una de las muchas razones por las que debemos aplastar el sistema de ganancias.
La guerra inter-imperialista representa el nivel mas alto de la competencia entre patrones. También es terror fascista para los trabajadores. Las ultimas dos guerras mundiales nos enseñaron que los capitalistas están dispuestos a asesinar a decenas de millones de trabajadores en sus despiadadas luchas por ganancias. Pero esas guerras también nos dieron dos monumentales revoluciones comunistas, en la Unión Soviética y después en China – en la historia, la primera y segunda vez que la clase trabajadora toma el poder.
Como comunistas en el PLP, nuestra tarea histórica es construir sobre la base de esas grandes guerras de clase. Nuestro papel es preparar a los trabajadores de todo el mundo a romper con el nacionalismo y la ideología toxica de los patrones. Nuestro trabajo es organizar un movimiento internacional masivo de millones y construir la revolución comunista. Únetenos!
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Los huelguistas deben rechazar a los jefes de GM y UAW
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- 28 Septiembre 2019 328 visitas
«¡Queremos igualdad!» Así describió un trabajador la huelga de 50,000 trabajadores de GM, mujeres y hombres, trabajadores negros, latinos, asiáticos y blancos en el sindicato United Auto Workers (UAW). Un gran saludo rojo a los huelguistas GM. Su coraje sirve de inspiración para los trabajadores de todas partes. Al menos 12 huelguistas fueron arrestados en Spring Hills, TN, por tratar de evitar que los transportistas de automóviles muevan los automóviles terminados del lote de la compañía. Desde Michigan, Texas, los huelguistas se enfrentaron a la policía, cuyo papel histórico ha sido proteger la propiedad y atacar a los trabajadores organizados.
El capitalismo es la antítesis de la igualdad. Un sistema arraigado en la explotación no puede dar frutos de igualdad. Solo el comunismo puede cultivar un sistema dirigido por los trabajadores que elimine el racismo, el sexismo y el nacionalismo. Para eso, los trabajadores necesitan un partido internacional, el Partido Laborista Progresista.
Sistema salarial de dos niveles
El siete por ciento de la fuerza laboral de 430,000 está compuesta por trabajadores temporales de medio tiempo (TPT), que ganan alrededor de $ 15 por hora, lo mismo que el salario mínimo de la ciudad de Nueva York. Hacen el mismo trabajo que los trabajadores a tiempo completo. Mientras tanto, la CEO de GM, Mary Barra, ganó $ 28 millones el año pasado.
GM quiere expandir el uso de TPT, a los que se hace referencia como trabajadores «en progreso» que no han sido aceptados a tiempo completo, incluso después de trabajar durante 5 años o más. Trabajan horarios impredecibles, no pueden crear antigüedad y están sujetos a disciplina arbitraria y despidos sin protección sindical, a pesar de que pagan cuotas sindicales. Es un sistema de trabajo esclavo. ¡Los huelguistas quieren que los contraten a tiempo completo y la clasificación TPT terminó!
Inundados con ganancias récord, cerraron cuatro plantas, exigieron más concesiones para reducir los costos en $ 4.5 mil millones para fines de 2020 y reducir la capacidad. “La huelga podría costarle a GM $ 75 millones por día, según los analistas de JPMorgan” (Business Insider, 21/09). Esto refleja tanto el poder que los trabajadores tienen colectivamente como el nivel de explotación bajo el sistema racista de ganancias. “Es una cifra asombrosa, pero palidece en comparación con las enormes ganancias de GM de $ 26 mil millones en 2018” (Business Insider).
Esto también señala la necesidad de abolir la esclavitud salarial con la revolución comunista, donde produciremos para las necesidades de la clase trabajadora, no para las ganancias de los capitalistas.
La competencia capitalista lastima a los trabajadores
GM está atrapado en la creciente competencia por la mano de obra barata y los mercados a medida que el mercado mundial de automóviles se dirige a una recesión sistémica. Tienen que reducir la capacidad y realizar grandes inversiones en automóviles eléctricos o enfrentar la extinción. También se estima que la guerra comercial de Trump con China le ha costado a GM y Ford aproximadamente $ 1 mil millones cada uno en América del Norte. Los trabajadores de todas partes pagarán un precio mucho más alto a medida que Estados Unidos y China continúen en curso de colisión hacia otra guerra mundial.
Liderazgo de la UAW en la cama con jefes
La corrupción de los líderes de la UAW se cierne sobre la huelga como una nube tóxica. Los ejecutivos de la UAW y Fiat-Chrysler fueron acusados de un esquema de soborno. El presidente de la UAW, Gary Jones, y el ex presidente Dennis Williams también son objeto de una denuncia penal federal “en una conspiración para malversar más de $ 1 millón de cuotas de miembros y gastarlo en villas de Palm Springs, cenas de asadores, cigarros, más de 100 rondas de golf y $ 400 botellas de Cristal Champagne ”(Detroit News 9/18). El Director de la Región 5 de la UAW, Vance Pearson, quien sucedió a Jones como Director Regional, fue arrestado recientemente y acusado de múltiples cargos de fraude, malversación de fondos y lavado de dinero.
El nacionalismo es una idea capitalista
Los sindicatos en los EE. UU. Son una cáscara de lo que fue. Ante la ausencia de un movimiento comunista y los faros de poder de la clase trabajadora de la Unión Soviética y China, el nacionalismo y la reforma consumieron a los sindicatos. Décadas de luchas economistas y consignas patrióticas y anti-trabajadoras de “Buy American” han paralizado la lucha de la clase trabajadora. Los patrones sindicales sirven para negociar la explotación de los trabajadores con los capitalistas. Estos sindicatos se han convertido en efecto en instituciones de la clase dominante.
Por otro lado, hay 50,000 trabajadores que están luchando, siguiendo la ola de huelga de maestros, hoteles, comida rápida y trabajadores de Stop & Shop.
PLP apoya la huelga yendo a las líneas de piquete con cualquier organización de jefes en la que estemos: sindicatos, escuelas, iglesias, grupos comunitarios, hospitales y tránsito. Siempre existe el potencial de convertir las huelgas en escuelas para las ideas y prácticas comunistas.
Los trabajadores quieren igualdad. Los trabajadores pueden construir la igualdad cuando aplastamos el capitalismo y construimos una dictadura de la clase trabajadora. ¡Lucha por el comunismo!
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Aumento del fascismo: los patrones liberales usan la reforma climática para aplastar a su rival interno
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- 28 Septiembre 2019 259 visitas
El 20 de septiembre, mientras millones alrededor del mundo marchaban en protesta por el cambio climático, los capitalistas de las grandes petroleras y compañías automotrices pedían regulaciones mas estrictas – para ellos mismos. La clase dominante tiene que disciplinarse y aplastar a los enemigos internos, ese es uno de los distintivos del fascismo. Los grandes patrones imperialistas liberales estadounidenses aceleran sus ataques a la clase trabajadora mientras se preparan para la guerra.
Las tensiones entre los capitalistas estadounidenses crece y se vuelve mas volátil. Los capitalistas liberales del capital financiero, los grandes capitalistas, sienten la presión por todos lados – en casa los presionan los pequeños fascistas que apoyan a Trump, y alrededor del mundo los patrones capitalistas chinos y rusos. La respuesta de estos patrones liberales es presionar por la regulación y construir un movimiento masivo como el del cambio climático bajo una cobertura de patriotismo. Para los trabajadores, seguir a estos gobernantes liberales será desastroso. Nuestro camino es convertir la arremetida hacia la guerra y el fascismo en una batalla por el poder obrero – en una revolución comunista.
División en la industria petrolera
La industria petrolera refleja la división dentro de la clase dominante estadounidense. En los últimos 150 años las grandes petroleras han sido la espina dorsal del imperialismo estadounidense. Al principio dominaba la familia Rockefeller y Standard Oil, monopolizando el refinamiento y distribución del petróleo en EE.UU. hasta 1911, cuando se dividió en 34 compañías, Exxon, Mobil, y Chevron, entre ellas – ejemplo de cómo la clase dominante estadounidense disciplina a los suyos. Esta prospera industria escribió o ignoro todas las reglas mientas se convertía en el recurso energético, remplazando al carbón, preferido por los capitalistas, contaminando el aire y los ríos. Pero ahora las mas importantes multinacionales petroleras se pelean contra quienes los desafían dentro de EE.UU. y los crecientes capitalistas chinos. Para enfrentar los ataques dentro y fuera, promocionan regulaciones que les da ventaja competitiva frente a la competencia domestica, representada por la familia Koch cuya imagen es el presidente Donald Trump. Como señalo la revista Time (29/8):
La industria petrolera – y – de gas estaba dividida en la Agencia de Protección del Ambiente (APA) por las reglas sobre el metano [bajo Barack Obama], algunas compañías prominentes las apoyaban y muchos productores mas pequeños presionando por su eliminación. La decisión de la APA [bajo Trump] de aliarse al grupo mas pequeño de compañías de combustible fósil muestra la influencia de estas compañías dentro de la administración de Trump – y el poder que tienen para desacelerar legislación climática…La división dentro de la industria es en parte una cuestión de magnitud. La regulación del APA - que requiere que los productores petroleros implementen una serie de medidas para parar las fugas de gas en los nuevos sitios de perforación, asegurando que el metano no llegue a la atmosfera – es una amenaza pequeña para las grandes compañías petroleras, las cuales pueden fácilmente absorber los costos de del cumplimiento de las medidas del 2016.
Patrones del automovil conspiran contra Trump
Mientras los patrones de las grandes petroleras presionan para que el ambientalismo destruya a sus rivales domésticos, los patrones de las grandes compañías automovilistas abren su propio frente contra Trump y sus pequeños patrocinadores fascistas, entre ellos los Koch, cuyo imperio se respalda en el refinamiento y distribución de productos petroleros dentro de EE.UU. La automotriz Ford, junto a tres compañías extranjeras (Volkswagen, Fiat, y BMW) conspira contra la Casa Blanca y sus niveles de emisiones mas estrictas, en protesta por el desmantelamiento, por Trump, de las regulaciones de la era Obama.
Mientras los patrones automotrices conspiraban contra Trump “antiguos miembros de los equipos de transición de Trump…enviaron una carta al presidente aconsejándolo que ignore a las compañías automotrices y que desmantele las regulaciones…La carta estaba firmada por Tom Pyle del Instituto para la Investigación Energética (IIE), Myron Ebell del Instituto Competitividad Empresarial, Shirley Ybarra, antigua miembro de la fundación Reason. Las tres organizaciones tienen conexión con Koch, además, Pyle fue cabildero de las industrias Koch” (desmog.com).
Movimientos políticos combativos
Las facciones patronales construyen movimientos políticos combativos para movilizar a la clase trabajadora. Los patrones petroleros mas pequeños dirigidos por Koch organizan a millones alrededor de racistas del KU Klux Klan del partido republicano dirigido por Trump. Los grandes patrones petroleros, ahora concentrados enteramente en el partido demócrata, financian una variedad de organizaciones masivas reformistas, en donde esta incluido el movimiento ambientalista:
“las grandes compañías de energía del mundo se han movilizado alrededor de un impuesto al carbón como medida climática…comprometiendo millones de dólares al cabildeo de dicha política” (Time, 29/8).
Para los grandes fascistas, el valor del movimiento ambientalista no tiene nada que ver con limpiar el planeta. Es solamente una forma de distraer a millones de trabajadores y enlistarlos en la pelea patronal – además de socavar la lucha de clases mientras los gobernantes se mueven hacia la guerra mundial y el fascismo. Los movimientos dirigidos por los patrones nunca podrán liberar a nuestra clase. Ellos no podrán nunca construir una sociedad que sirva a los intereses de las grandes masas de gente. Solo construyendo al Partido Laboral Progresista y luchando por el comunismo podremos hacerlo.
