Tuve la suerte de asistir al Proyecto de Verano del PLP de este año y lo pasé genial. Conocí el partido hace poco, así que fue una experiencia muy intensa, pero me sentí muy bien recibido. Fue increíblemente inspirador ver una lucha intergeneracional tan bien organizada.

Hablar con los compañeros que asistieron al proyecto de 1975 fue una de las primeras veces que conocí la organización de izquierdas de una manera tan pragmática, en lugar de un ejercicio teórico. Escuchar sus historias de unidad frente al racismo violento me dio un marco para ver cómo podemos contrarrestar las transgresiones que vemos aumentar a diario a medida que el ICE se desvía hacia una militancia hostil.

Más que cualquier otra cosa, la mayor lección de esta experiencia para mí es simplemente que hay esperanza. El sufrimiento es inevitable cuando se está solo, pero la lucha es posible cuando nos unimos, y con suficiente esfuerzo podemos finalmente liberarnos de nuestras cadenas. Hasta ahora, había confundido mi sufrimiento con la lucha. Escuchar y ver lo que se necesita para unirse, luchar y ganar me abrió los ojos a esta diferencia. A medida que sigo adelante en esta lucha, sé que esta experiencia me servirá de guía.